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La gran ganadora de esta edición ha sido Pelo Malo de la directora venezolana Mariana Rondón dio anoche la gracias algo extrañada por recibir este premio por “una película pequeña”. Palabras textuales y que definen que definen la miopía del jurado presidido por el cineasta americano Todd Haynes, que al premiar a un largometraje muy correcto, pero que no alcanza las hechuras de una triunfadora de un festival internacional de este calibre.
Pelo Malo es la tierna y conmovedora historia de un chaval caraqueño que insiste en alisarse el pelo rizado (malo) y así se aparta sentimentalmente de una madre cargada de prejuicios sexistas. Inteligente radiografía de la compleja sociedad caraqueña, pero su premio no alcanza niveles de gran cine y por tanto, con este gesto descubridor, en realidad, lo que consigue el jurado es marginalizar a un certamen que da premios a películas imposibles de comercializar. ¿Qué cara pondremos cuando el director canadiense Denis Villeneuve sea candidato al Oscar tras haberse ido de vacío en San Sebastián?
Los jurados caen en las tentaciones de querer enfocar y descubrir nuevas cinematografías, en este caso, la latinoamericana, que también consiguió el premio a director para el mexicano Fernando Eimbcke por la curiosa historia de amor adolescente Club Sándwich. Otro caso de película interesante pero diminuta. Más intención que justicia.
La otra ganadora del festival es La Herida, ópera prima del director sevillano Fernando Franco que recibió el segundo galardón en importancia, Premio Especial del Jurado, y Concha de Plata de interpretación femenina para la imponente Marián Alvárez. Justos premios a una certera y sobria mirada sobre la enfermedad mental que sufre una mujer que cae en un pozo de autodestrucción. La cámara no se separa del rostro de esta grandísima actriz que llena de verdad cada uno de los sentimientos de tristeza y confusión.
Impecable el premio a mejor actor para el veterano actor británico Jim Broadbent por la ácida e inteligente, Le Week End, la historia de una pareja de sexagenarios en crisis al estilo de Antes del anochecer. Nada que objetar al frenético y tronchante guión de Quai D´Orsay, una punzante y cómica sátira política del relamido ex ministro de asuntos exteriores Dominique de Villepin dirigida por Bertrand Tavernier.
Pero lo que resulta totalmente inexplicable es la ausencia en el palmarés de la road movie de David Tueba Vivir es fácil con los ojos cerrados, una comedia que no ha ganado ningún premio oficial, pero ha sido sin duda la más aplaudida por el publico y la crítica durante el festival.
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